Queridos connacionales,
Con motivo del 64 aniversario de la tragedia de Marcinelle, en Bélgica, deseo recordar a los 262 mineros que el 8 de agosto de 1956 perdieron su vida en el Bois du Cazier: de éstos, 136 eran italianos. Desde 2001 Italia conmemora a todos los trabajadores italianos fallecidos mientras desarrollaban su profesión.
Este año, a causa de la pandemia COVID-19, honramos el recuerdo de la tragedia di Marcinelle en una condición de distanciamiento físico, pero de gran cercanía y solidaridad.
También la emergencia sanitaria actual ha contemplado el sacrificio de aquellos que, en Italia y en el extranjero, han perdido su vida al dedicarse a su trabajo, así como a actividades de voluntariado y de apoyo. Pienso en médicos, enfermeros, personal sanitario y todos los que han trabajado durante meses sin pausa, pagando con el precio de sus vidas la ayuda que han dado a los demás y a toda nuestra sociedad.
En 1956, el sacrificio del Bois du Cazier llevó a los Gobiernos de los países que participaban en la naciente integración europea a poner la seguridad y la salud de los trabajadores en el centro de los proyectos que luego constituirían los cimientos de la casa común europea.
La promoción de un trabajo justo, protegido y sostenible tiene que estar hoy también en el centro de nuestra respuesta a las graves consecuencias económicas y sociales de la crisis sanitaria. Italia – miembro fundador de la UE y de la Organización Internacional del Trabajo – tiene la intención de seguir con esta instancia también en el ámbito europeo e internacional.
Sólo las sociedades que garantizan el derecho al trabajo y la seguridad del salario pueden progresar. Para que haya verdadero progreso, el trabajo y los trabajadores deben recibir las justas protecciones. Y esto vale también por todos los connacionales que en el transcurso de nuestra historia han dejado Italia para emigrar al extranjero en busca de realización. Sus derechos y su protección adquieren más aún valor, habida cuenta de las muchas dificultades a las que han tenido que sobreponerse.
La emigración italiana en el mundo siempre ha mostrado el talento, la dedicación y la profesionalidad de nuestros connacionales.
A los familiares de las víctimas de Marcinelle, a los familiares de todas las víctimas italianas muertas en el trabajo, de aquellos que perdieron la vida en el ejercicio de su profesión en el transcurso de la pandemia, a los seres queridos de los que han honrado la imagen de Italia en el mundo con su sacrificio, va hoy mi recuerdo y mi cercanía.