Hondo pesar causó en la Región, en particular en la amplia colectividad italiana, el fallecimiento de Antonio Redigonda, el pasado 6 de junio. Fue un encumbrado dirigente de instituciones de la colectividad, pero su labor trascendió ese ámbito y promovió mejoras para la comunidad en su conjunto.
Desde su participación en el “Comitato” que se creó en ocasión del Mundial de Fútbol de 1978 en Argentina, hasta la participación en la recaudación de fondos por el aluvión provocado por el Arno en Florencia y zonas aledañas o el terrible sismo ocurrido en su querido Friúl, la causa comunitaria convocó a su sensibilidad, resiliencia y respeto a su prójimo.
Presidió la Sociedad Familia Friulana en dos ocasiones, también fue presidente de Failap (Federación de Asociaciones Italianas de la circunscripción del Consulado General de Italia en La Plata), integró el Comitato de Assistenza Consolare, fue nombrado Cavaliere de la Orden al Mérito de la República Italiana por el presidente Sandro Pertini e integró la Comisión Directiva del Instituto de Cultura Itálica (Escuela Italiana) de La Plata.
Fue el noveno hijo de Oliva Odorico y Giuseppe Redigonda, a quien casi no conoció, ya que falleció en la campaña de guerra italiana en África cuando “Toni” era un niño de tres años. Había nacido en Gleris, provincia de Pordenone, región de Friuli Venezia Giulia, el 26 de febrero de 1933.
Recuerdan en su familia que vivió la Segunda Guerra Mundial y la no menos penosa posguerra. Apenas adolescente, fue sostén de su madre y hermana (el resto de sus hermanos había ya emigrado) hasta que Oliva decidió que ellos también emprenderían el mismo recorrido. Pocos años después, en su segunda casa, la Sociedad Familia Friulana de La Plata, conoció a Mabel Colledani, el amor de su vida, la “Bionda”, como cariñosamente siempre la llamó. Con ella tuvieron tres hijos, quienes se convirtieron en profesionales en esta nueva tierra para “Toni”, una satisfacción que llevaba con legítimo orgullo.
Diario El Dia